La montanera: el origen natural del mejor jamón ibérico Aljomar
Publicado el : 30/10/2025 10:05:45
Categorías : Sabías que
Cuando llega el otoño y las primeras lluvias tiñen la dehesa de tonos ocres y dorados, comienza una de las etapas más esperadas del año para el cerdo ibérico: la montanera. Es el momento en que los animales viven en plena libertad y disfrutan del alimento que da sentido a todo el ciclo: la bellota.
En Aljomar, esta fase tiene lugar en nuestra finca Vera Vieja, situada en Retamal de Llerena (Badajoz), un enclave privilegiado donde los cerdos ibéricos pastan bajo encinas y alcornoques centenarios. Durante meses, se alimentan de bellotas, pastos naturales y hierbas aromáticas, recorriendo amplias hectáreas cada día. Este ejercicio continuo y su dieta natural son la base del sabor, la textura y el aroma únicos de nuestros jamones y paletas ibéricos de bellota.
Un ciclo natural y controlado: de la dehesa a la bodega
El compromiso de Aljomar con la calidad empieza desde el origen. Nuestro ciclo de producción controlado permite supervisar cada etapa del proceso: desde la cría y alimentación en Vera Vieja, hasta la elaboración y curación natural en nuestras bodegas de Guijuelo. Gracias a este modelo, garantizamos la trazabilidad completa, el respeto por el bienestar animal y la autenticidad de cada pieza.
Durante la montanera, cada cerdo ibérico puede llegar a consumir entre 6 y 10 kilos de bellotas al día, lo que se traduce en un sabor profundamente natural, rico en ácido oleico y beneficioso para la salud. Este componente graso, presente también en el aceite de oliva virgen extra, es el responsable de la textura untuosa y del característico brillo del jamón ibérico de bellota Aljomar.

La dehesa, un ecosistema vivo que cuidamos cada día
En Aljomar entendemos que sin dehesa no hay ibérico, y por eso la cuidamos como el tesoro que es. Nuestro compromiso con la sostenibilidad se refleja en proyectos como la plantación de 4.000 nuevas encinas y alcornoques en Vera Vieja, una iniciativa que busca garantizar el relevo natural de los árboles y asegurar el futuro de este ecosistema singular.
Además, todas nuestras prácticas ganaderas se desarrollan bajo los principios de la certificación Welfair™ de bienestar animal, que avala el buen alojamiento, la alimentación natural y el comportamiento adecuado de los animales en su entorno. El respeto por la naturaleza, el tiempo y la tradición es lo que hace posible que el jamón ibérico de bellota Aljomar conserve su autenticidad y excelencia generación tras generación.
El sabor que solo la montanera puede ofrecer
La montanera no es solo una fase de alimentación: es el alma del ibérico. Durante estos meses, la bellota impregna la carne con matices aromáticos únicos, mientras el ejercicio diario contribuye a una infiltración homogénea de grasa que se transformará, tras la curación lenta y natural en bodega, en un producto incomparable.
Por eso, cuando una pieza llega a tu mesa con el nombre de Aljomar, no solo lleva la historia de una familia dedicada al ibérico, sino también la esencia de la dehesa y el equilibrio de un entorno natural cuidado con esmero.

Compromiso con la naturaleza, la tradición y el futuro
Desde su fundación, Aljomar ha trabajado para mantener un equilibrio entre innovación y respeto por el entorno. Gracias al esfuerzo constante por regenerar la dehesa, al uso de energías renovables y al control integral del proceso productivo, seguimos demostrando que la excelencia y la sostenibilidad pueden ir de la mano.
Así, cada otoño, cuando comienza la montanera, en Aljomar volvemos al origen. Volvemos a la dehesa, al silencio solo roto por el crujir de las bellotas bajo los pasos del cerdo ibérico. Porque es ahí, entre encinas y alcornoques, donde empieza todo: el sabor auténtico del jamón ibérico de bellota Aljomar.
